Es sabido que la agricultura intensiva genera graves impactos en el medio ambiente. Por un lado, ante la necesidad de expandir los terrenos de cultivo, se ha vinculado a la deforestación de ecosistemas de gran valor ecológico y bosque nativo. Pero también está el hecho de que, al tratarse en su mayoría de monocultivos donde se destinan grandes extensiones para plantar una misma especie, se genera un desequilibrio: al no existir rotación ni diversidad de especies, se empobrecen los suelos y se eliminan los mecanismos naturales de autoregulación de las plantas volviendo a éstas altamente vulnerables ante enfermedades o plagas y por ende, dependientes de insumos químicos como pesticidas, fungicidas y herbicidas.
Es precisamente en este tema en el que hoy quiero enfocarme: los pesticidas y su impacto en el medio ambiente y nuestra salud. Hay que tomar en cuenta que estos químicos no sólo se concentran en los vegetales sobre los que son rociados, también son absorbidos por la tierra y llegan incluso a las napas subterráneas y diferentes cursos de agua afectando a diversos seres vivos. Uno de los casos más reconocidos a nivel mundial, es el de las abejas, que desde 2006 están sufriendo lo que se conoce como Síndrome del colapso de las Colonias que sólo en Estados Unidos ya ha afectado entre el 20% y 40% de las colonias de abejas. Dentro de las razones que se atribuyen a esta mortandad están el uso de pesticidas neonicotinoides –que como se ha demostrado, representan un riesgo para diversos polinizadores, incluidas las abejas–, pero también otros factores como la sequía y falta de alimento, que las debilita.
En Chile, la situación también es complicada: en 2014 se estimó que las poblaciones de abejas en el país estaban decreciendo un 8% por año y a fines de 2017 se descubrió que el 50% de las abejas en la zona central muere cada año. El problema con que las abejas estén desapareciendo en el mundo, es que son uno de los principales polinizadores de los que depende un 35% de los alimentos que consume el ser humano en la Tierra y 87 de los 115 cultivos más importantes para nuestra alimentación.
Créditos fotografía: Mi Huerto Web
Pero las abejas no son las únicas que sufren al estar expuestas a los pesticidas, nosotros también. Al consumir alimentos que fueron rociados con pesticidas, nos exponemos a tóxicos con efectos que, tal como ha descrito la FAO, pueden incluir el riesgo de padecer cáncer, problemas reproductivos o efectos en nuestro sistema inmune o nervioso. “Los estudios científicos sobre los posibles efectos en la salud de sustancias químicas peligrosas, como los pesticidas, permiten clasificarlos como cancerígenos (pueden causar cáncer), neurotóxicos (pueden causar daño al cerebro) o teratogénicos (pueden causar daños al feto)”, describen en su web.
Es por eso, que cobra tanta importancia conocer la forma en la que fueron cultivados los alimentos que consumimos. Por lo mismo, quiero invitarlos a conocer diversas alternativas que les permitirán consumir alimentos orgánicos libres de pesticidas tóxicos. Además me gustaría que tuvieran en cuenta que hay ciertos alimentos que son más propensos a acumular sustancias tóxicas y por ende deberíamos intentar consumir siempre de forma orgánica.
El Environmental Working Group (EWG) ha elaborado una lista con los 12 alimentos con más tóxicos presentes en el mercado. Entre ellos destaca el caso de la frutilla, donde un 99% de las muestras analizadas mostró la presencia de pesticidas siendo 8 el promedio de pesticidas presentes en una frutilla (la muestra con más tóxicos, tenía 22 tipos diferentes de pesticidas y sus derivados). Otros alimentos en la lista, son las espinacas, los nectarines, las manzanas y las uvas.
Una excelente opción para controlar lo que ingieres con tus alimentos es cultivar tus propias frutas, verduras y hierbas aromáticas. De esta forma, tendrás una rica variedad de vegetales frescos y libres de tóxicos a la mano y estarás consciente del trabajo y dedicación que se requiere para obtener cada fruta y verdura. Esto sin olvidar que pronto tu huerta se convertirá en un gran pasatiempo que enriquece el alma. No hay nada como cosechar tus primeros tomate cherry o pimientos para la ensalada. Además no te sorprendas si de pronto empiezan a llegar más mariposas, abejas o pájaros a visitar tu casa.
Si no tienes tiempo o espacio para cultivar tu propio huerto, no te preocupes. Hay varias ferias orgánicas que puedes visitar para hacer tus compras. Algunas de las que recomiendo en Santiago son la Eco Feria de la Reina, a la que he ido varias veces, ubicada en Av. Alcalde Fernando Castillo Velasco 9759, La Reina, que se instala todos los miércoles y sábados de 9.30 a 14.00 horas.
Otras opciones son el Eco Mercado Yungay en Casona y Huérfanos 2917 esquina Esperanza, Barrio Yungay (primer domingo de cada mes de 11.30 a 18.00 horas) ; Mercado Orgánico en Monseñor Escrivá de Balaguer 5600 (sábados de 9.30 a 14.00 horas) ; Mercado by Drugstore en Av. Providencia 2124 (sábados de 10.00 a 17.00 horas).
Crédito fotografía: Mi Huerto Web
Pero incluso hay otra opción que sencillamente deja tus alimentos orgánicos en la puerta de tu casa. Hoy son varios los emprendimientos que están ofreciendo esta modalidad y que compran directamente a los agricultores locales. Entre ellos están Mi Huerto Web, que promueve el comercio justo, en donde los agricultores reciben el pago justo por su trabajo. Cuando compras en Mi Huerto Web conoces quién es el agricultor, el lugar de cultivo, y sus prácticas agrícolas.
Canasta Viva, donde ofrecen frutas y verduras por unidad y también venden canastas armadas con despacho a domicilio. O Huertas a Deo, quienes trabajan con un grupo de pequeños agricultores de producción agroecológica de Curanipe, entre otros.