Cada año, 8 millones de toneladas de plástico son vertidas al océano, lo que quiere decir que cada un minuto se vierte un camión de basura al mar, y si seguimos así; serán 2 camiones por minuto para 2030 y 4 para 2050, señala un informe elaborado por la Fundación Ellen MacArthur en 2017.
Los residuos plásticos llegan de distintas formas a los océanos, por tierra o desde embarcaciones “El 70% del plástico que llega a los océanos se hunde, por lo tanto, solo vemos el 30%” señala Nadia Balducci, bióloga especializada en gestión ambiental e innovación social y directora general de Life Out Of Plastic.
Debido a esto, diversos animales marinos están en peligro; tortugas, aves, peces, ballenas, delfines y lobos marinos, corren riesgo de morir, tras enredarse en plásticos flotantes o ingerirlos. Cada año, mueren 100 mil mamíferos marinos y 1 millón de aves. Shaleyla Kelez, especialista en biología marina y conservación y presidenta de EcOceánica explica: “El plástico no puede ser digerido, pero al mismo tiempo les genera sensación de saciedad, por lo que los animales dejan de buscar alimento” cerca de un 40% de las aves tiene plásticos en su estomago.
Según información proporcionada por Greenpeace se han identificado cinco islas de plásticos en los océanos: una en Índico, dos en Atlántico y dos en el Pacífico. En setiembre de 2017, durante una expedición de la Fundación de Investigación Marina Algalita, fue descubierta una isla de plástico en las costas de Chile y Perú, de una extensión de más de 2 millones de kilómetros cuadrados.
El 8 de mayo fue el Día Internacional de las Aves Migratorias, siendo los humedales y las islas, esenciales en sus viajes para poder alimentarse y anidar. Frente a las costas australianas, existe un grupo de islas; Lord Howe, patrimonio mundial de la UNESCO. Un ejemplo en términos de diversidad biológica de plantas, animales y un arrecife de coral. Hogar de 180 especies de aves, 32 de ellas migratorias que llegan a la isla a anidar y alimentar a sus crías. Claudia Arias, fundadora de Rutina sustentable, nos cuenta su experiencia vivida en la isla, durante el año 2017.
“Al visitar la isla, que es un lugar precioso, nos contaron que uno de los problemas que la gente de la zona comenzó a notar fue que cuando las aves anidaban, sus crías morían. Esto debido a la gran acumulación, en las playas, de plástico de distintos tamaños y características que eran ingeridos por las aves; Botones, globos, bolsas, perros de ropa, pedazos de encendedores, entre otras cosas, que llegaban desde las ciudades, trasladados por corrientes marinas” Señala Claudia Arias.
Después nos explica que existe un museo que se dedica a proteger los ecosistemas, y cuentan con programas de investigación y conservación de aves. Al estudiar a las aves se dieron cuenta que, al morir y desintegrarse los cuerpos, los plásticos permanecían intactos en sus estómagos.
Esta es una de las principales amenazas que están sufriendo las aves y los animales marinos en general en el mundo entero, por eso es importante reflexionar sobre los envases, empaques y embalajes con los que son fabricados los productos que consumimos, tomar conciencia que el plástico que desechamos en nuestras casas, si no se gestiona bien llegará a ríos y océanos, impactando los ecosistemas de manera irreparable.
Llegó el momento de que nos hagamos conscientes del plástico que generamos día a día, y no nos desentendamos, sino que nos hagamos cargo. Debemos actuar por quienes no pueden hacerlo, exigiendo un alto a la producción de plásticos desechables, además de un cambio en nuestros propios hábitos, prefiriendo productos que no generen más plásticos.