Cada especie presente en el planeta tiene una razón de existir, y las abejas no son la excepción, es por eso que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha dedicado el 20 de mayo de cada año a recordarnos la importancia en la preservación de las abejas, fecha que coincide con el nacimiento de Anton Janša, apicultor esloveno del siglo XVIII, pionero en la apicultura moderna.
La relación entre la humanidad y las abejas tiene una larga data, en la Cueva de la Araña en Valencia existen pinturas de mujeres cargando panales silvestres, subiendo por lianas para obtener miel de abejas, que datan de 6 mil años atrás. En la actualidad debemos nuestra existencia a las abejas, ya que además de utilizar su miel, polen, jalea real, propóleo y cera, ellas son las responsables del equilibrio de muchos ecosistemas, la biodiversidad de especies, la germinación de semillas y el crecimiento de frutos. Sin las abejas no habría alimentos, por ello su preservación beneficia a todo el planeta.
¿Cuál es la importancia de las abejas en nuestras vidas?
La importancia de las abejas radica principalmente en su capacidad de polinizar hasta 170 mil especies de plantas. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 75% de los cultivos alimentarios a nivel global dependen de la polinización por insectos y otros animales. De las 100 especies de cultivos que proporcionan el 90% de los alimentos del mundo, más de 70% son polinizados por las abejas.
Se estima que entre 235 mil y 577 mil millones de dólares de producción anual de alimentos a nivel mundial depende de la ayuda de los polinizadores. La gran mayoría de las especies que polinizan son silvestres, incluidas más de 20 mil especies de abejas. En todo el mundo las poblaciones de abejas y las reservas de miel han disminuido drásticamente desde 2015 a la fecha, en algunas zonas hasta en un 30% anual, desatando que el 90% de las abejas haya desaparecido, lo que las pone en peligro de extinción.
¿Por qué las abejas están desapareciendo?
La UICN afirma que esta situación se debe a cambios en las prácticas de agrícolas, los monocultivos, el incremento de las explotaciones ganaderas, los herbicidas, fertilizantes, pesticidas tóxicos, el cambio climático, depredadores como la avispa asiática o Vespa Velutina, una especie agresiva que año tras año acaba con millones de abejas, además de enfermedades y parásitos como el Varroa Destructor.
El descenso de la polinización constituye una amenaza inmediata para la nutrición, si esto no se controla, tendremos que enfrentarnos a un futuro sin abejas, lo cual sería sencillamente catastrófico. Por esto debemos investigar a fondo el impacto de los pesticidas, la malnutrición y los patógenos en las colonias de las abejas, prohibir el uso de los productos tóxicos para ellas, y evaluar de manera estricta los riesgos de los plaguicidas.
¿Qué podemos hacer para cuidar a las abejas?
Ante esto la aplicación de la agricultura ecológica es una solución concreta para generar una producción sostenible. Cambio que debe comenzar por los propios agricultores, en sus prácticas de cultivo, las empresas, las líneas de productos y las técnicas utilizadas. Además, pueden colaborar, desarrollando hábitats favorables para los insectos, como bandas florales y lugares de anidación. La creación de corredores de flores silvestres que ocupan solo un 10% de los terrenos de los agricultores, para promover la diversidad y la abundancia de especies de abejas silvestres y mariposas.
Las personas como tú y como yo, podemos colaborar en esta tarea, comprando productos ecológicos y exigiendo que se proteja a las abejas ¡Juntos/as podemos evitar su desaparición!
Fuentes:
